El jardín del hotel es una finca de 10.000 metros cuadrados que invita a los huéspedes a pasear, a contemplar la naturaleza y a dejarse llevar.

Lo que fue una amplia pomarada de manzanos asturianos, hoy acoge distintos árboles autóctonos como arces, castaños, hayas, tilos, robles... que con el paso de tiempo, se han ido acompañando de algunos otros que vienen de distintas zonas, como el chopo o el olivo, la ceiba, los arces y cipreses, el zumaque, el madroño o el liquidámbar.

No sólo los vegetales habitan el jardí­n, las esculturas de cerámica también están presentes. Estas piezas se entremezclan con las ramas de los árboles, se cubren con los pétalos de las flores, se tapan con el musgo húmedo...

El jardín tiene una naturaleza dinámica que hace que se vaya transformando con el paso del tiempo. A su vez, cada estación crea sus propios escenarios: los juncos salvajes que asoman en el estanque, la leña apilada debajo del hórreo en invierno, el vuelo de las abejas cerca de las hierbas aromáticas o la alfombra de hojas rojas del arce en el otoño.

Todas las estancias del hotel tienen acceso a un espacio común pensado como pequeña biblioteca. Aquí­ puedes sentarte a tomar un té, escuchar música, leer, escribir postales o consultar información turí­stica de Asturias. Tenemos una cuidada selección de revistas y libros escogidos para inspirarte: viajes, decoración, medio ambiente, ecologí­a...

Este es un lugar para soñar y ser soñado, para leer y que te lean, para el amor y el sosiego.